El silencio es necesario y, a veces, es una conducta que elijo.
Mis silencios suelen ser elocuentes y pueden llenase de imágenes y, a veces, de palabras. Son espacios en los que expresan con sus letras lo que yo siento, lo que me pueden pasar por dentro ... lo que podría latir en mí ... lo que me invento o divierte.
En cuanto al resto pueden aplaudir o negar, festejar o rechazar mi decisión porque en ocasiones ese silencio decorado quizás también emita con todas mis fuerzas mi derecho a decidir si resuelvo favorable o negativamente sobre algo al igual que lo hace cuando prefiero entregarme a lo que deseo o cuando ofrezco mi inevitable rendición.
...Y ahora observo... escucho y a veces temo... preparándome para la pelea, para la lucha sin tregua que sé que está próxima.
Desde mi silencio
amapola
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